La huida

Ella se marchó sin darse cuenta de que, sin importar a dónde huyera, sus demonios, monstruos y fantasmas la acompañarían hasta que decidiera deshacerse de ellos.

o

No puedes huir cuando el enemigo está sobre tus hombros.

01 02 03 04

Así quedó después de colorearla digitalmente.
Final01 Pero como no estaba seguro, hice una versión monocromática.Final02

 

¡Foto, foto!

La otra vez me encontré unos plumones y me puse a garabatear en una vieja libreta. Salió esto:

Multitud01Scan

Que es una especie de fotografía grupal de mostros y cosas raras. En esas ocasiones siempre hay alguien que se emociona, alguien que se hace el chistoso, alguien que se enoja, alguien que se angustia, alguien que sonríe, alguien que no puede sonreír, alguien que tapa a todos y alguien que sale tapado. Después del photoshopazo quedó asÍ:

Multitud02

Ahora estoy enamoradísimo de los plumones y llego a todos lados con mucha anticipación para tener el pretexto de usarlos mientras espero.

Y salgo corriendo cada que alguien grita «¡Foto, foto»!

Monstruos

MarcianoCorazón

De vez en cuando me salen monos cursis y melosos como este. Monos que me hacen recordar que de niño y adolescente dediqué no poco de mi tiempo de cautiverio en las aulas escolares a dibujar en los cuadernos donde se suponía deberían estar los apuntes que me garantizarían una buena educación y, en consecuencia, el éxito y la felicidad. Atiborraban mis libretas calaveras y diablos deformes de afilados colmillos y miradas iracundas. Entre más feroces me salían más satisfecho me sentía.

Un día, orgulloso de mis adefesios, enseñé mis dibujos al maestro de artes plásticas. Él los miró con atención y me dijo con calma: «bien, sigue dibujando hasta que se salgan todos los monstruos». En ese momento, solo me pareció que el maestro era muy mamón y no entendía nada de arte contemporáneo, pero años después, cuando dejé de dibujar criaturas aterradoras, supe lo que quería decir: dibujar (o escribir o cualquier otra actividad artística) es una de las formas más eficientes de expulsar los demonios internos.

Lo que nadie me advirtió es que dibujar y escribir también sirve para engendrar otro tipo de monstruos, monstruos más terribles y más difíciles de vencer, monstruos que, en la mayoría de los casos, me acompañarán hasta la tumba. Este blog (con un novísimo y refrescante look) es tal vez un recuento de éstos.