Me gustan las espirales; no tienen la petulancia de los círculos ni la intolerable circunspección de los cuadrados. Y hacen pensar que aunque a veces retrocedamos, al final siempre acabamos por avanzar.
Me gustan las espirales; no tienen la petulancia de los círculos ni la intolerable circunspección de los cuadrados. Y hacen pensar que aunque a veces retrocedamos, al final siempre acabamos por avanzar.
Dicen que es mejor dar que recibir.
Eso es verdad sobre todo cuando se trata de consejos y puñetazos en la nariz.