Me gusta mucho el estilo de ilustración de Alberto Cerriteño. Así que hace unos años, me fusilé dos de sus ilustraciones para entender cómo trabajaba con las texturas, sombras y demás elementos. Es una práctica utilísima porque en el camino aprendes un montón de cosas. Y creo que es aplicable a cualquier disciplina.
A menos que seas cirujano. En ese caso, tal vez es mejor ir a la escuela.