Es raro que vea la televisión sin que piense que me estoy asomando al canal del desagüe. Creo que el 96.8% de la programación nacional solo puede ser descrita como «excremento en avanzado grado de descomposición». Si nos enfocamos solo en los noticiarios y la publicidad, la proporción excede el 100%.
Pero si consideramos que fuera de la T.V. la realidad nacional está constituida en un 98.75% por detritus y heces fecales, entonces resulta que nuestra televisión no está tan mal.
Por eso, dibujé en su honor esta bonita composición intitulada:
«La televisión mexicana me revuelve las tripas«.