Me gustan las espirales; no tienen la petulancia de los círculos ni la intolerable circunspección de los cuadrados. Y hacen pensar que aunque a veces retrocedamos, al final siempre acabamos por avanzar.
Me gustan las espirales; no tienen la petulancia de los círculos ni la intolerable circunspección de los cuadrados. Y hacen pensar que aunque a veces retrocedamos, al final siempre acabamos por avanzar.
De Dios siempre me ha preocupado su preocupante tendencia a la depresión y el poco cuidado que tiene con las mascotas. Ayer vi un perro atropellado y no parecía que a Dios le importara.